Una idea vieja, que aún resuena con intensidad
La ley de Sturgeon: ¿El 90 por ciento de todo es basura?

Theodore Sturgeon es recordado por sus novelas de ciencia ficción y su participación en el desarrollo de Star Trek, pero también hay una especie de «revelación» que lleva su nombre. Aunque técnicamente posee dos versiones, la segunda es la que se esparció con mucha más fuerza, e indica que «el 90 por ciento de todo es basura». ¿Por qué llegó Sturgeon a esa conclusión?
La ciencia ficción ha sido uno de los géneros más atacados. De hecho, aún podemos encontrar cierta resistencia al momento de confirmar nominaciones o entregar premios, donde los proyectos de sci-fi terminan limitados a categorías técnicas, o directamente excluidos.
Pero se trata de un conflicto histórico: En el pasado, los críticos parecían estar convencidos de que el género entero era una porquería, basando sus declaraciones en el contenido general de las pulp magazines. Sin embargo, Theodore Sturgeon, autor de novelas como More Than Human, crítico literario, y desarrollador de varios guiones para la serie original de Star Trek, defendió durante mucho tiempo a la ciencia ficción...
El origen de la ley de Sturgeon

Los críticos no tenían ninguna dificultad a la hora de encontrar ejemplos de historias horribles, y repetir que el 90 por ciento del género era basura. Pero el descubrimiento de Sturgeon, su «revelación» como aparece publicada en la página 49 de la edición «Septiembre 1957» de la revista Venture Science Fiction, es que el 90 por ciento de todo es basura. Ciencia ficción, libros, coches, quesos, peinados, gente… nada logra escapar.
Sturgeon también sugiere que una parte de los ataques a la ciencia ficción se debe al uso de la palabra «ciencia». Cualquier cosa que lleve esa expresión «no tiene permitido ser 90 por ciento basura», y cuando la encuentran, se ponen incómodos. Al «vivir en una matriz cultural dominada por el espectro de la ciencia», los críticos no toleran la posibilidad de que otros (en este caso, los escritores de sci-fi) la ensucien, o peor aún, la «espantosa insinuación» de que la ciencia «es» efectivamente 90 por ciento basura como todo lo demás.
Lógicamente, la ley de Sturgeon registra algunos precedentes similares: Benjamin Disraeli, dos veces primer ministro del Reino Unido, dijo en su novela «Lothair» de 1870 que «Nueve décimas de los libros existentes son tonterías, y los libros inteligentes son la refutación de esas tonterías», y Rudyard Kipling indicó veinte años después que «cuatro quintos del trabajo de todo el mundo deben ser malos».
Fuentes: Wikipedia, Internet Archive
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