El simple hecho de observar el cielo azul o mirar una pantalla con fondo blanco brillante hace que en ciertas ocasiones aparezcan… «cosas» frente a nuestros ojos. Por un lado, están aquellas con una figura similar a la de las amebas, y después encontramos puntos de luz que se mueven a toda velocidad. No hay ninguna ilusión óptica aquí: Ambos fenómenos han sido apropiadamente identificados, y son mucho más comunes de lo que creemos, aunque una manifestación excesiva y repentina puede ser señal de algún problema en la visión.

La medicina nos dice que el ser humano pierde muchas cosas con el paso del tiempo, y una de ellas es la percepción del color. Algunos colores son muy fáciles de identificar, pero una vez que entramos en el territorio de los tonos intermedios, la historia se complica. La compañía británica Lenstore dedicada al cuidado de la visión decidió publicar un pequeño test de colores llamado «El Color está en el Ojo del Espectador», y el objetivo es completar los diez ejercicios correctamente. ¿Podrás hacerlo?

Algunas condiciones se pierden en el tiempo, otras logran mantenerse vigentes, y después están aquellas que se vuelven mucho más serias. De acuerdo a la Academia Americana de Oftalmología, una de esas condiciones es la miopía. A través de un reciente estudio, los expertos calculan que para el año 2050, el 49.8 por ciento de la población mundial será miope, mientras que casi mil millones de personas sufrirán alta miopía.

El concepto de optografía tiene más de un siglo, y algunas de sus investigaciones llegan hasta 1975, pero lo que tenemos aquí hoy no involucra químicos, ni los ojos de gente muerta. Los investigadores Rob Jenkins y Christie Kerr de las universidades de York y Glasgow lograron obtener imágenes reflejadas en la córnea, utilizando una cámara de alta resolución.

Sé que las mujeres  no van a estar de acuerdo, pero no todos somos iguales: no hay dos personas en el mundo que miren de la misma manera. Por lo menos esto es lo que dice un estudio de la Universidad de Texas en el que se indica que la contraseña del futuro podría ser el movimiento de ojos único e irreproducible de una persona. No hablamos de controlar un cursor o teclas virtuales con los ojos, sino de directamente mirar el ordenador y luego de hacer una prueba biométrica aleatoria, ingresar a nuestros servicios u hogares. Biometría futurista, de esa que te hace pensar, imaginar y comerte las uñas.